miércoles, 13 de mayo de 2009

4.2.4. Otros géneros. El ensayo.

La progresiva implantación de las lenguas vernáculas como transmisoras de la alta cultura llegó con algo de retraso en lo que se refiere a la prosa científica, pues conviene no olvidar que la universidad siguió exigiendo el latín para sus comunicaciones hasta bien entrado el siglo XIX.
Sin embargo, numerosas piezas especulativas de importancia capital se irán publicando en la Edad Moderna. Son fundamentales, ya en el siglo XV, los Diálogos de Amor, del hebreo hispano-italiano León Hebreo, que, con el Diálogo de amor de Marsilio Ficino, constituyen la base neoplatónica de la poesía petrarquista del renacimiento europeo.
Fue precisamente el diálogo un subgénero de preferencia para los humanistas, pues subrayaban con su elección la recobrada importancia de la filosofía platónica. Una pieza deliciosa son las Conversaciones sobre la pluralidad de los mundos, de Didier de Fontenelle (1686)
El tratado aristotélico tampoco fue desdeñado,y quizás la aportación más importante sea el Discurso del método de Descartes.
Pero si hay una obra decididamente revolucionaria son los Ensayos del francés Michel de Montaigne, escritos a capricho y fantasía del autor, y con una actitud de diálogo con el lector. Su influencia sobre la literatura del futuro será decisiva.

4.2.3. Lírica. Géneros mixtos: la égloga.

Característica universal de la poesía europea de la Edad Moderna es el triunfo del petrarquismo. Ingleses, franceses, españoles contribuyen masivamente a la moda del soneto y a la reiteración abusiva de los tópicos grecolatinos del Carpe diem y su variante Collige virgo rosas, así como del Beatus ille.

En la evolución de la poesía hacia el Barroco, es fundamental la búsqueda de una nueva expresión: viejos conceptos con nuevas palabras, en suma, pues la sustancia no cambia apenas. Se seguirá cantando la belleza de la amada y, si acaso, se apelará con mayor frecuencia a la carnalidad.

Esa intención de expresarse de manera rebuscada quizá alcanza su máxima intensidad en los cultismos españoles (culteranismo y conceptismo). Otras manifestaciones son el marinismo italiano, el eufuismo inglés y el preciosismo francés.

La égloga, como el diálogo que veremos luego, es un género especial de esta época. El modelo clásico es Virgilio, y es una interpretación -más interesada que equivocada- de su égloga IV lo que entronizará el género como uno de los superiores que puede tocar todo poeta, pues su cultivo lo alinea con los profetas y los que, en general, han sido elegidos por los dioses para dar testimonio.De ahí el carácter alegórico de estas piezas pastoriles, en las que los personajes esconden a nobles y las lecturas en segunda instancia ofrecen significados más complejos. Los ejemplos señeros son las de Garcilaso.

4.2.2. Teatro.

En el teatro europeo de la Edad Moderna será determinante el debate aristótelico; es decir, la polémica entre los que exigen que se respeten las recomendaciones de Aristóteles sobre el teatro -regla de las tres unidades, etc.- y los que, puestos a contentar al público, como Lope de Vega, prefieren aplicar lo que les dicta la experiencia.

Seguir las reglas aristótelicas en pleno Renacimiento tiene su importancia, pues no conviene olvidar que lo que se pretende, al menos teóricamente, es recuperar la dramaturgia clásica.

En ese sentido, los primeros intentos italianos datan del siglo XV: la Fábula de Orfeo, de Angelo Poliziano, es, en cierto modo, un antecedente de la ópera, y los primeros ejemplos plenos de esta nueva forma musical, Dafne de Marco da Gagliano y Euridice de Peri (hacia 1600) serán tentativas declaradas de resucitar el teatro clásico.

Aparte de esa línea académica, en Italia hay otra popular, la Comedia del Arte, que se basa siempre en los mismos personajes: Polichinela, Colombina, Pantalone, etc.

Los teatros nacionales más importantes serán, no obstante, el inglés, el español y el francés, ya en el siglo XVII. En los dos primeros predomina la forma anticlásica de la tragicomedia, en tanto que en el francés se intentará una clara distinción genérica.

Shakespeare es uno de los grandes genios de la cultura occidental -siempre que su papel no haya sido el de un testaferro-. Personajes como Hamlet, Macbeth, Ofelia, Marco Antonio, etc., son arquetipos de la caracterización dramática.
Otros autores importantes son Johnson, con su comedia Volpone, o Marlowe, otro gran trágico.

En Francia, hay gigantes trágicos como Racine -Fedra, Británico...- y cómicos, como Moliere, cuyas obras, ya desde el título, abogan por una función también catárquica para la comedia: El avaro, El burgués gentilhombre, El enfermo imaginario, Tartufo o el hipócrita...


SHAKESPEARE:


Dramaturgo y poeta inglés. Tercero de los ocho hijos de John Shakespeare, un acaudalado comerciante y político local, y Mary Arden, cuya familia había sufrido persecuciones religiosas derivadas de su confesión católica, poco o nada se sabe de la niñez y adolescencia de William Shakespeare.

Parece probable que estudiara en la Grammar School de su localidad natal, si bien se desconoce cuántos años y en qué circunstancias. Según un coetáneo suyo, William Shakespeare aprendió «poco latín y menos griego», y en todo caso parece también probable que abandonara la escuela a temprana edad debido a las dificultades por que atravesaba su padre, ya fueran éstas económicas o derivadas de su carrera política.


William Shakespeare

Sea como fuere, siempre se ha considerado a Shakespeare como una persona culta, pero no en exceso, y ello ha posibilitado el nacimiento de teorías según las cuales habría sido tan sólo el hombre de paja de alguien deseoso de permanecer en el anonimato literario. A ello ha contribuido también el hecho de que no se disponga en absoluto de escritos o cartas personales del autor, quien parece que sólo escribió, aparte de su producción poética, obras para la escena.

La andadura de Shakespeare como dramaturgo empezó tras su traslado a Londres, donde rápidamente adquirió fama y popularidad en su trabajo para la compañía Chaberlain’s Men, más tarde conocida como King’s Men, propietaria de dos teatros, The Globe y Blackfriars. También representó, con éxito, en la corte. Sus inicios fueron, sin embargo, humildes, y según las fuentes trabajó en los más variados oficios, si bien parece razonable suponer que estuvo desde el principio relacionado con el teatro, puesto que antes de consagrarse como autor se le conocía ya como actor.

Su estancia en la capital británica se fecha, aproximadamente, entre 1590 y 1613, año este último en que dejó de escribir y se retiró a su localidad natal, donde adquirió una casa conocida como New Place, mientras invertía en bienes inmuebles de Londres la fortuna que había conseguido amasar.

La publicación, en 1593, de su poema Venus y Adonis, muy bien acogido en los ambientes literarios londinenses, fue uno de sus primeros éxitos. De su producción poética posterior cabe destacar La violación de Lucrecia (1594) y los Sonetos (1609), de temática amorosa y que por sí solos lo situarían entre los grandes de la poesía anglosajona.





4.2.1. Narrativa. La épica. La novela.

La novela corta, en la que el modelo propuesto por Boccacio en el Decamerón es universalmente seguido, tiene excelentes ejemplos no sólo en la literatura española -la novela picaresca, la sentimental, la morisca...-. Este género llegará a su madurez con la citada La princesa de Cleves, de Madame de Lafayette.
Una novela muy influyente será la Arcadia, del italiano Sannazaro, que inicia la moda del libro pastoril. Sus protagonistas, inmersos en una naturaleza idealizada y primaveral y poseídos por el amor de una manera muy cortesana, entretienen el tiempo contando historias breves (novelas cortas, al fin y al cabo, como las ejemplares del Quijote, otro libro, que no novela).
Otro género de libro, los de caballerías, herederos de la épica caballeresca de la Edad Media, tendrán un éxito extraordinario. El más conocido es el Amadís de Gaula, de Garci Rodríguez de Montalvo.
La épica en verso conoce un nuevo renacer gracias a la fama del Orlando furioso, de Ariosto, que es una nueva ficción sobre el Cantar de Roldán. Se relatarán también epopeyas reales, como la de los descubridores portugueses en Os Lusiadas, de Camoes, o de los conquistadores españoles (la Araucana, de Ercilla); o las cruzadas, en la influyente Jerusalen liberada, de Tasso. Incluso se tratarán temas bíblicos y morales: el Paraíso perdido, de John Milton.

ARGUMENTO.

EL PARAÍSO PERDIDO (JOHN MILTON):

El Paraíso perdido , poema de 10.565 versos divididos en doce libros, que relata la guerra entre los ángeles caídos y los ejércitos celestiales, y la posterior caída del hombre, es un libro endemoniadamente extraño. Al comienzo, en una homérica invocación a la musa, que Milton identifica con el Espíritu Santo, el poeta pide ayuda para poder así " vindicar la Providencia Eterna / Y los caminos del Señor justificar ante los hombres ", planteando así el supuesto objetivo de la obra: explicar el origen del mal en el mundo. Y sin embargo, a medida que leemos percibimos dos cosas: por una parte que Milton presenta a Dios Padre como a una figura gris, burocrática y cruel; y por otra, que el personaje de Satán es quizá uno de los más hermosos, complejos y psicológicamente profundos de la literatura. Es imposible evitar admirar a Satán y a su ejército de ángeles caídos, imposible no compadecerse de ellos y desear su victoria.


ARGUMENTO.

Diálogo de las cosas acaecidas en Roma (Alfonso De Valdés) :
Un caballero mancebo de la corte del Emperador llamado Latancio topó en la plaza de Valladolid con un arcidiano que venía de Roma en hábito de soldado, y entrando en Sanct Francisco, hablan sobre las cosas en Roma acaecidas. En la primera parte, muestra Latancio al Arcidiano cómo el Emperador ninguna culpa en ello tiene, y en la segunda cómo todo lo ha permitido Dios por el bien de la cristiandad.



ARGUMENTO.

Diálogo de la lengua (Juan De Valdés) :

MARCIO. Aceto la merced, y, començando a preguntar, digo, señor Valdés, que, lo primero que querría saber de vos, es de dónde tuvieron origen y principio las lenguas que oy se hablan en España, y principalmente la castellana, porque, pues avemos de hablar della, justo es qua sepamos su nacimiento.

VALDÉS. Muy larga me la levantáis. Quanto que esto más es querer saber historias que gramática, y pues vosotros holgáis desto, de muy buena gana os diré todo lo que acerca dello he considerado. Estad atentos, porque sobrello me digáis vuestros pareceres. Y, porque la lengua que oy se habla en Castilla, de la qual vosotros queréis ser informados, tiene parte de la lengua que se usava en España antes que los romanos la enseñoreassen, y tiene también alguna parte de la de los godos, que sucedieron a los romanos, y mucha de la de los moros, que reinaron muchos años, aunque la principal parte es, de la lengua que introduxeron los romanos, que es la lengua latina, será bien que primero esaminemos qué lengua era aquella antigua que se usava en España antes que los romanos viniessen a ella. Lo que por la mayor parte los que son curiosos destas cosas tienen y creen, es que la lengua que oy usan los vizcaínos es aquella antigua española. Esta opinión confirman con dos razones arto aparentes. La una es que, as sí como las armas de los romanos quando conquistaron la España no pudieron passar en aquella parte que llamamos Vizcaya, assí tampoco pudo passar la lengua al tiempo que, después de averse hecho señores de Spaña, quisieron que en toda ella se hablas se la lengua romana. La otra razón es la disconformidad que tiene la lengua vizcaína con qualquiera de todas las otras lenguas que el día de oyen España se usan. Por donde se tiena casi por cierto que aquella nación conservó juntamente con la libertad su primera lengua. Desta mesma opinión fui yo un tiempo, y creí que cierto fuesse assí, porque la una razón y la otra me contentaron; pero aviendo después considerádolo mejor, y aviendo leído un poco más adelante, soy venido en esta opinión: que la lengua que en España se hablava antiguamente, era assí griega como la que agora se habla es latina; quiero dezir que, assí como la lengua que oy se habla en Castilla, aunque es mezclada de otras, la mayor y más principal parte que tiene es de la lengua latina, assí la lengua que entonces se hablava, aunque tenía mezcla de otras, la mayor y más principal parte della era de la lengua griega. En esta opinión he entrado por dos puertas. La una es leyendo los historiadores, porque hallo que griegos fueron los que más platicaron en España, assí con armas como con contrataciones, y ya sabéis que estas dos cosas son las que hazen alterar y aun mudar las lenguas, quanto más que se lee que griegos vinieron a abitar en España, por donde es de creer que, no solamente guardaron su lengua, pero que la comunicaron con las otras naciones, las quales, por ser, como es, rica y abundante, la devieron de acetar. La otra puerta por donde soy entrado en esta opinión es la consideración de los vocablos castellanos, porque, quando me pongo a pensar en ellos, hallo que muchos de los que no son latinos o arávigos, son griegos, los quales creo sin falta quedassen de la lengua antigua, assí como quedaron también algunas maneras de dezir, porque, como sabéis, el que habla en lengua agena siempre usa algunos vocablos de la suya propia y algunas maneras de dezir.

MARCIO. Cosa nueva es para mí, no lo que toca a las historias, sino lo que dezís que la lengua castellana tenga tanto de la griega, y, si no me lo tuviéssedes a mal, no lo querría creer hasta ver primero cómo lo prováis.


VALDÉS. Aunque el creer sea cortesía, yo huelgo que desto que os he dicho no creáis más de lo que viéredes.


MARCIO. Acetamos la licencia, y mirad que no os admitiremos los vocablos griegos que la lengua castellana ha tomado de la sagrada escritura, como son escandalizar, atesorar, evangelio, apóstol, ni otros que son como anexos a éstos, as sí como ciminterio y martilojo, ni tampoco los que parece sean de la medicina, como cristel, paroxismo, efímera, gargarismo, porque quiero que en sí muestren su antigüedad porque de otra manera no valerá nada vuestra razón.

VALDÉS. Bien me podría servir de alguno de los que avéis dicho, pero no quiero sino dexarlos por no contender y deziros algunos otros que, a mi ver, muestran ser antiguos assí bien, que bastan harto para que creáis que lo que digo es verdad. Estos son apeldar por huir, malatía por enfermedad, cillero por el lugar a donde ponen la harina, fantasía por presunción, gaçafatón por cosa mal dicha, tío, rávano, cara, carátula, cadira por silla. También creo quedassen del griego trévedes y chimenea y aun brasa y abrasar, porque brasso quiere dezir hiervo,y açomar, masa, moço, mesta, cañada, barrio, cisne, pinjado, artesa, tramar, truhán, mandra, celemín; glotón, tragón y tragar. Ay también algunos que comieçan en pan y tienen del griego, como son pantuflos, pandero, panfarrón, y otros muchos que deve aver, en que yo no he mirado. Ay también otros vocablos que, aunque tienen del latín. parecen claramente ser forjados a la sinificación de otros griegos que sinifican lo que ellos; destos es dexemplar, que en algunas partes de Spaña usan por disfamar, el qual vocablo creo yo sea forjado desta manera: que, soliendo dezir, como el griego dize, paradigma, que quiere dezir exemplum, el español quiriendo hablar latín, habló a su modo y dixo dexemplar, assí como el francés, porque, hablando su lengua, por sí dice uida, quando viene a hablar latín, no se contenta con dezir ita, sino añade el da de su lengua y dice itada. Esto me parece que os deve bastar quanto a los vocablos. Quanto a las maneras de dezir, si miráis en ello, hallaréis muy muchas.


MARCIO. Ea, dezid algunas.


VALDÉS. Porque Luciano, de los autores griegos en que yo he leído, es el que más se llega al hablar ordinario, os daré dél los exemplos.


MARCIO. Más los quisiera de Demóstenes.


VALDÉS. Y aún yo holgara de dároslos siquiera de Isócrates, pero contentáos con que os dé lo que tengo. Quando en castellano queremos dezir que uno tiene bien de bivir, dezimos que tiene buena passada; desta manera, quiriendo dezir esto mesmo, dize Luciano ce diarci ton poron. Y en castellano, quiriendo dezir nuestra hazienda o su hazienda, dezimos lo nuestro o lo suyo: Quien da lo suyo antes de su muerte, merece que le den con un maço en la frente, adonde dize lo suyo por su hazienda; y Luciano en la mesma significación, dize ta imetera. También, si en castellano amenazamos a un moço o muchacho, quiriendo dezir que lo castigaremos, dezimos: Pues si yo te empieço, y de la mesma manera dize Luciano mu catirxato, que quiere dezir: me empeçó. Por medio (nota 1.- Por medio: "Como recurso", "Como ayuda") para confirmación de esta mi opinión, aliende (nota 2.- aliende: "además") de lo dicho, puedo también alegar la conformidad de los artículos Y otras cosas, si no os contentáis con lo alegado.


MARCIO. Antes abasta harto lo que avéis dicho, y de verdad parece harto aparente y razonable esta vuestra opinión, y yo tanto (nota 3.- yo tanto: "yo por mi parte") de oy más la terné también por mía, y lo mesmo creo que harán estos dos señores. Agora, presuponiendo que es assí como vos dezís, que la lengua que en España se hablava antes que los romanos, aviéndola enseñoreado, la introduxessen su lengua, era assí griega, como es latina la que agora se habla, proseguid adelante.


VALDÉS. La vida me avéis dado en no querer contender sobrêsto, porque por no porfiar me dexara vencer, haziendo mi cuenta que más vale quedar por necio que ser tenido por porfiado. Pero mirad que, si alguno querrá dezir que la lengua vizcaína es en España aún más antigua que la griega, yo tanto (nota 4.- ver nota 3) no curaré (nota 5.- no curaré: "no me preocupare", "no me ocuparé") de contender sobre lo contrario, antes diré que sea mucho en buena hora assí como lo dirá, con tanto que a mí me conceda lo que digo.

PACHECO. No os concederé yo tan presto lo que avéis concluido, porque Gayo Lucio y los tres Cipiones, Claudio Nerón y Sempronio Graco, siendo romanos latinos y griegos (nota 6.- romanos latinos y griegos: romanos y que hablaban las dos lenguas, latín y griego) no hablaran con turdetanos, celtiberos o iberos y cántabros por intérpretes, si la lengua antigua de Spaña fuera griega, ni los mercadantes de Fenicia avían necessidad de intérprete en el contratar de sus mercaderías con los antiguos de Spaña antes que cartagineses y romanos la combatiessen.

VALDÉS. Abasta que la lengua latina, como he dicho, desterró de Spaña a la griega. La qual, assí mezclada y algo corrompida, se platicó en España hasta la venida de los godos, los quales, aunque no desterraron la lengua latina, todavía la corrompieron con la suya, de manera que la lengua latina tenía en España dos mezclas, una de la griega, según mi opinión, y otra de los godos. El uso desta lengua assí corrompida duró por toda España, según yo pienso, hasta que el rey don Rodrigo, en el año de setecientos y diez y nueve, poco más o menos, desastradamente la perdió, quando la conquistaron ciertos reyes moros que passaron de Africa, con la venida de los quales se començó a hablar en España la lengua aráviga, excepto en Asturias, en Vizcaya y Lepuzca y en algunos lugares fuertes de Aragón y Cataluña, las quales provincias los moros no pudieron sujuzgar, y assí aIlí se salvaron muchas gentes de los cristianos, tomando por amparo y defensión la aspereza de las tierras, adonde conservando su religión, su libertad y su lengua estuvieron quedos hasta que en Asturias, adonde se recogió mayor número de gente, alçaron por rey de Spaña al infante don Pelayo, el qual con los suyos començó a pelear con los moros, y, ayudándoles Dios, ivan ganando tierra con eIlos; y assí como los succesores deste rey sucedían en el reino, assí también sucedían en la guerra contra los moros, ganándoles quándo una cibdad y quándo otra, y quándo un reino y quándo otro. Esta conquista,como creo sabéis, duró hasta el año de mil quatrocientos y noventa y dos, en el qual año los Reyes Católicos de gloriosa memoria, ganando el reino de Granada, echaron del todo la tiranía de los moros de toda España. En este medio tiempo no pudieron tanto conservar los españoles la pureza de su lengua que no se mezclasse con eIla mucho de la aráviga, porque, aunque recobravan los reinos, las cibdades, villas y lugares, como todavía quedavan en eIlos muchos moros por moradores, quedávanse con su lengua; y, aviendo durado en eIla hasta que pocos años ha, el emperador les mandó se tornassen cristianos o se saliessen de Spaña, conversando entre nosotros, annos pegado muchos de sus vocablos. Esta breve historia os he contado porque, para satisfazeros a lo que me preguntastes, me pareció convenía assí. Agora, pues avéis visto cómo de la lengua que en España se hablava antes que conociesse la de los romanos, tiene oy la casteIlana algunos vocablos y algunas maneras de dezir, es menester que entendáis cómo de la lengua aráviga ha tomado muchos vocablos. Y avéis de saber que, aunque para muchas cosas de las que nombramos con vocablos arávigos tenemos vocablos latinos, el uso nos ha hecho tener por mejores los arávigos que los latinos, y de aquí es que dezimos antes alhombra que tapete, y tenemos por mejor vocablo alcrevite que piedra sufre, y azeite que olio, y, si mal no m'engaño, hallaréis que, para solas aquellas cosas que avemos tomado de los moros, no tenemos otros vocablos con que nombrarlas sino los arávigos que ellos mesmos con las mesmas cosas nos introduxeron. Y, si queréis ir avisados, halIaréis que un al, que los moros tienen por artículo, el qual ellos ponen al principio de los más nombres que tienen, nosotros lo tenemos mezclado en algunos vocablos latinos, el qual es causa que no los conozcamos por nuestros. Pero con todos estos embaraços y con todas estas mezclas, todavía la lengua latina es el principal fundamento de la castellana, de tal manera que, si a vuestra pregunta yo uviera respondido que el origen de la lengua castellana es la latina, me pudiera aver escusado todo lo demás que he dicho; pero mirad que he querido ser liberal en esta parte, porque me consintáis ser escasso en las demás.


PACHECO. Creo yo, según lo que conozco de vuestra condición, que, aunque os roguemos seáis escasso, seréis liberal, especialmente desta mercancía, en que con la liberalidad no se desmengua el caudal.


MARCIO. No os ha respondido mal. Y vos nos avéis muy bien satisfecho a nuestra pregunta, porque assí vuestra opinión acerca de la primera lengua como acerca de la corrupción de la latina parece no se puede negar; pero, pues tenemos ya que el fundamento de la lengua castellana es la latina, resta que nos digáis de dónde vino y tuvo principio que en España se hablassen las otras quatro maneras de lenguas que oy se hablan, como son la catalana, la valenciana, la portuguesa y la vizcaína.


VALDÉS. Diréos no lo que sé de cierta ciencia, porque no sé nada desta manera, sino lo que por congeturas alcanço y lo que saco por discreción; por tanto me contento que vosotros a lo que dixere déis el crédito que quisiéredes. Y con este presupuesto digo que dos cosas suelen principalmente causar en una provincia diversidades de lenguas. La una es no estar toda debaxo de un príncipe, rey o señor, de donde procede que tantas diferencias ay de lenguas quanta diversidad de señores; la otra es que, cumo siempre se pegan algo unas provincias comarcanas a otras, acontece que cada parte de una provincia, tomando algo de sus comarcanas, su poco a poco se va diferenciando de las otras, y esto no solamente en el hablar, pero aun también en el conversar y en las costumbres. España, como sabéis, ha estado debaxo de muchos señores, y es assí que -dexado a parte que aun hasta Castilla estuvo dividida no ha muchos años-, que Cataluña era de un señor, al qual llamavan conde, y Aragón era de otro señor, al qual llamavan rey, los quales dos señores vinieron a juntarse por casamientos, y después por armas, conquistaron el reino de Valencia que era de moros, y andando el tiempo, lo uno y lo otro vino a juntarse con Castilla. Y los reinos de Granada y Navarra tenían también sus señoríos, aunque ya agora, a su despecho, el uno y el otro están debaxo de la corona de Castilla. Y Portugal, como véis, aún agora stá apartada de la corona de Spaña teniendo como tiene rey de por sí. La qual diversidad de señoríos pienso yo que en alguna manera aya causado la diferencia de las lenguas, bien que qualquiera dellas se conforma más con la lengua castellana que con ninguna otra, porque, aunque cada una dellas ha tomado de sus comarcanos (como Cataluña que ha tomado de Francia y de Italia, y Valencia, que ha tomado de Cataluña), todavía veréis que principalmente tiran al latín, que es, como tengo dicho, el fundamento de la lengua castellana, de lo qual, porque os tengo dicho todo lo que sé y puedo dezir, no curo de hablar más. De la vizcaína querría saberos dezir algo, pero como no la sé, ni la entiendo, no tengo que dezir della sino solamente esto: que, según he entendido de personas que la entienden, esta lengua también a ella se le han pegado muchos vocablos latinos, los quales no se conocen, assí por lo que les han añadido como por la manera con que los pronuncian. Esta lengua es tan agena de todas las otras de Spaña, que ni los naturales della son entendidos por ella poco ni mucho de los otros, ni los otros dellos. La lengua catalana diz que era antiguamente lemosina, que es agora lenguadoc; hase apurado (nota 7.- hase apurado : "se ha formado") tomando mucho del latín, sino que no le toma los vocablos enteros, y tomando algo del francés puro y también del castellano y del italiano. La valenciana es tan conforme a la catalana, que el que entiende la una entiende casi la otra, porque la principal diferencia consiste en la pronunciación, que se llega más al castellano, y assí es más inteligible al castellano que la catalana. La portuguesa tiene más del castellano que ninguna de las otras, tanto que la principal diferencia que, a mi parecer, se halla entre las dos lenguas es la pronunciación y la ortografía.

MARCIO. Siendo esso que dezís assí, ¿cómo en Aragón y Navarra, aviendo sido casi siempre reinos de por sí, se habla la lengua castellana?

VALDÉS. La causa desto pienso sea que, assí como los cristianos que se recogieron en Asturias debaxo del rey don Pelayo, ganando y conquistando a Castilla, conservaron su lengua, assí también los que se recogieron en algunos lugares fuertes de los montes Pirineos y debaxo del rey don Garci Ximénez, conquistando a Aragón y Navarra, conservaron su lengua; aunque creo que también lo aya causado la mucha comunicación que estas dos provincias an siempre tenido en Castilla. Y la causa, por que, según yo pienso, en el Andaluzía y en el reino de Murcia la vezindad de la mar no ha hecho lo que en las otras provincias, es que los castellanos conquistaron estas provincias en tiempo que ya ellos eran tantos que bastavan para introduzir su lengua y no tenían necesidad del comercio de otras naciones para las contrataciones que sustentan las provincias.

MARCIO. Bien me satisfazen essas razones, y, quanto a esto,con lo dicho nos contentamos, y as sí queremos que dexéis a parte las otras quatro lenguas y nos digáis solamente lo que toca a la lengua castellana.


VALDÉS. Si me avéis de preguntar de las diversidades que ay en el hablar castellano entre unas tierras y otras, será nunca acabar, porque, como la lengua castellana se habla no solamente por toda Castilla, pero en el reino de Aragón, en el de Murcia con toda el Andaluzía y en Galizia, Asturias y Navarra, y esto aun hasta entre la gente vulgar, porque entre la gente noble tanto bien se habla en todo el resto de Spaña, cada provincia tiene sus vocablos propios y sus maneras de dezir, y es assí que el aragonés tiene unos vocablos propios y unas propias maneras de dezir, y el andaluz tiene otros y otras, y el navarro otros y otras, y aun ay otros y otras en tierra de Campos, que llaman Castilla la vieja, y otros y otras en el reino de Toledo, de manera que, como digo, nunca acabaríamos.


PACHECO. No os queremos meter en ese labirinto; solamente, como a hombre criado en el reino de Toledo y en la corte de Spaña, os preguntaremos de la lengua que se usa en la corte, y si alguna vez tocáremos algo dessotras provincias, recibiréislo en paciencia.


VALDÉS. Mientras me mandáredes acortar la materia, y no alargarla, de buena voluntad os obedeceré.


MARCIO. ¿ Creéis que la lengua castellana tenga algunos vocablos de la hebrea?

VALDÉS. Yo no me acuerdo sino de solo uno, el qual creo se le aya pegado de la religión; éste es abad, de donde viene abadesa, abadía y abadengo.


CORIOLANO. Esse último vocablo es muy nuevo para mí; no passéis adelante sin dezirme qué quiére dezir abadengo.


VALDÉS. Porque en la lengua castellana de real se dize realengo lo que pertenece al rey, quisieron los clérigos, con su acostumbrada humildad, por parecer a los reyes, que de abad se llamasse abadengo lo que pertenece al abad o abadía.

PACHECO. ¿Paréceos a vos que fueron muy necios?


VALDÉS. No m'empacho con clérigos. También saco por costal o talega es hebreo, de donde lo ha tomado el castellano. assí como casi todas las otras lenguas que an sucedido a la hebrea.


MARCIO. ¿Ay algunos vocablos deduzidos de la lengua italiana?


VALDÉS. Pienso yo que jornal, jornalero y jornada an tomado principio del giorno que dezís acá en Italia; es verdad que también se lo puede atribuir a sí Cataluña.


PACHECO. Verdaderamente creo que sea assí como dezís; nunca avía mirado en ello.


VALDÉS. Bien creo aya también algunos otros vocablos tan propios castellanos, que sin tener origen de ninguna otra lengua, con el tiempo an nacido en la provincia.

4.2. Literatura europea.

Sigue existiendo, como en la Edad Media, ese mar de literatura en latín, si bien ya no es tan profundo. Son fundamentales los trabajos del holandés Erasmo, así sea el Enchiridion (un espejo de "caballero cristiano") como el satírico Elogio de la locura. Este último es una pieza revolucionaria, de enorme influencia en la literatura y el pensamiento occidentales.
Su contemporáneo y amigo Tomás Moro, inglés, publicó otro libro esencial, Utopía, sobre una sociedad perfecta.
Los humanistas valoraron altamente las lenguas vulgares, y, no pocas veces, las emplearon en sus mejores escritos. Un buen ejemplo son los Ensayos del francés de origen español Michel de Montaigne.
Un subgénero muy frecuentado, tanto en latín como en vulgar, será el diálogo, suerte de imitación de los platónicos, en los que no está ausente la tradición medieval del debate. Buenos ejemplos son los escritos por los hermanos españoles Alfonso (Diálogo de las cosas acaecidas en Roma) y Juan de Valdés (Diálogo de la lengua).

Madame de Lafayette Aphra Behn

Unidad 4.

LA EDAD MODERNA: Renacimiento y Barroco.



4.1. Introducción.

En la transición de la Edad Media a la Edad Moderna, es fundamental un paso casi insignificante de la técnica: la innovación de los tipos móviles en la imprenta (1449). Ese paso, que de puro lógico nos parece ridículo, abarató y aceleró de manera increíble la producción de libros, ventaja que fue rápidamente aprovechada por los humanistas, que desprovistos de la capacidad económica de los monasterios, habían visto, hasta la fecha, poco difundidas sus publicaciones.

Son los humanistas los creadores del Renacimiento. Reciben su nombre por su querencia por los studia humanitatis; es decir, el estudio de las ciencias que atañen al hombre -gramática, retórica, etc.-, más que las que se le dedican a Dios -teología-. Con la ayuda de la imprenta, podrán difundir sus investigaciones filológicas, encaminadas a ofrecer al público los textos clásicos en ediciones respetuosas con los originales. Este trabajo dará lugar a una moda artística que busca la imitación del arte antiguo; es decir, su "renacimiento".

En cuanto al Barroco, que se ha incluido en este mismo tema pese a que suele contraponerse al Renacimiento, es mejor entenderlo como una nueva versión de la imitación del arte clásico, en la que prima la forma sobre el contenido (en tanto que en el Renacimiento se prefiere el equilibrio entre una y otro). El petrarquismo, por ejemplo, que fue la inspiración de los poetas renacentistas, lo seguirá siendo de los barrocos, y sólo su expresión formal será la que varíe.

Finalmente, cabe añadir que, en este periodo, la voz de la mujer se hace oír plenamente. Son numerosas las autoras europeas: la francesa Madame de Lafayette, la inglesa Aphra Behn, la portuguesa Violante do Ceu, etc.